Pop
Song: Agua danza y libertad
Es
difícil que una pieza artística pueda conmover “al ser más profundo” (que todos
podríamos ser) cuando pareciera que está todo hecho, algo bastante escuchado en
los pasillos de las “universidades”.
La
danza nos invita a cambiar de percepción. El cuerpo es similar en todos, pero
las experiencias emocionales distintas, por ello el cuerpo también. Su mayor riqueza, su inagotable fuente de movimiento.
Los procedimientos para
implementar un tipo de cuerpo en movimiento,
son también lugares de identidades irrepetibles, procesando una información que nunca va a ser la misma o se va a dar de la misma manera en el otro. Estas identidades son el tejido
coreográfico de Pop Song. La escritura (como decía una de las intérpretes.) Identidades en
movimiento capaces de escribir un texto visual con tinta acuosa.
Tener
una imagen, una sensación, simplemente imaginarse. De verdad imaginarse esos
espacios que no podemos ver directamente. Las articulaciones, los fluidos, los
tendones, en fin. Llegar a ellos mediante un proceso imaginativo inspirador,
lleno de imágenes, de lugares visualizados en el momento de la improvisación.
Pop
Song nos presenta una pregunta compleja, nos habla sin palabras y nos sacude en
movimientos diluidos, que se articulan en gestos y se borran constantemente. El
movimiento como un constante arrojar agua en el espacio. Espacio divido por
momentos, identidades divididas por momentos, dúos separados, y reencontrado,
re-versionados como una canción pop.
Movimientos
articulados, livianos, precisos, un complejo tejido móvil que juega con la
mirada del azaroso espectador que podría ver dos obras y la misma. La frontera
de la identidad es tan móvil, ambigua por momentos, como la frontera de la
conciencie y sus estados alterados.
“Pop
song” es una revisión que da cuenta de la no inocencia que hay detrás de una imagen
que quiere ser superflua, aludiendo quizá a la peyorativa idea de lo pop en un
mundo que quiere ser diferente (ALTERNATIVO), exitoso y complejo. Se pregunta
en movimiento por la superficialidad. Y nos propone un mundo de libertades
corporales, en atmósferas de ensueño, disco, baño, boutique y museo.
Es
una coreografía que entrega movimientos, genera pausas reflexivas, y propone espacios perceptivos en constante
oscilación: seducción y absurdo.
El
agua que se mueve, rompe y acaricia. El tono corporal distante al de un transeúnte
o público. Una interesante pregunta por
la liberación del cuerpo, como superficie cargada de significado, atuendos y
roles. La amenaza de una ola, la belleza de esa ola, y la inofensiva espuma que
nos llega. La forma como pregunta, la forma como contante “borramiento- acuoso”.
El
pop caos, la libertad del espectador, y la inmensa necesidad creada por un montaje
que se articula sin misericordia en la dinámica de una danza inspirada, transgredida
por la noción del ser arrojado, como un manifiesto existencialista pero profundamente
mojado, móvil y sin límites de escritura.
El
gesto transgredido en la dinámica de la danza, la duda indiferente a los constructores
de relatos. Un montaje de dúos, como la pugna tesis- antítesis. Una propuesta
de tres como síntesis de un viaje introspectivo pop.
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