No
miento si digo que he comprendido mi rol en el mundo cuando estoy en una Jam.
No responderé lo que es una Jam. Para no traer esa mente que todo lo quiere
capturar. Dejaré una invitación para la Jams que siguen y seguirán rolando en
el mundo.
Esta
instancia reúne aspectos vitales en el que hacer de un artista, persona o ser, que
vive en un mundo entregado a la
producción de resultados, objetivos claros, productos tangibles, experiencias
que se puedan comunicar con claridad. Experiencias fijas y repetitivas.
Predecibles y obvias.
Decidirse
a estar de pie o en el suelo, dejar el cuerpo ahí: escuchando o gestando su
singularidad de movimientos o ambas cosas a la vez. Darse el tiempo para que
surja de cada uno lo que acontece en el espacio físico frente a otro, rodeado
de otros, sin hablar. No tener ninguna razón, no querer influenciar más que
proponer un segundo de realidad no verbal o irrealidad verbal. La voluntad ilumina la sensibilidad y la disposición.
Abarcamos un mundo distinto en un espacio amable. Océano de movimientos sin destino.
Entramos
o nos paramos en la puerta, o definimos el lugar dónde comienza la vida, su sonido,
su destreza diversa, su vacío.
Si hay resultados, pero siempre se mueven, son
distintos, surgen y se diluyen, se
rearman y vuelven a vivir. La voluntad de estar con los sentidos dispuestos sin
saber cuál es el trayecto, dónde terminará mí que hacer.
“El
artista” o (los contribuyentes) hace el simple ejercicio de hacer que el arte
exista. El arte de improvisar desde y con el cuerpo y su sonido, apoyado de la
música o no. Es un tiempo y una apreciación de los movimientos como vocabulario,
que se definen en la proximidad del otro y que transita por el espacio físico,
modificando el espacio personal e interno, y que genera una comunidad móvil
cuya voluntad se entrega entre rodadas, tactos sutiles, juegos de contornos simples miradas.
¿No
es esta instancia un punto de inflexión en el tejido comunitario, en las acciones
que agobian, en la lucha por llegar a ser mirado, reconocido, en la batalla por
remunerar el éxito o ser exitoso en la remuneración?
¿Necesito
acaso en una Jam algo más que mi cuerpo-voluntad, para transformarme con los
otros, para re-mirar o re-significar el mundo, y situarnos en lo que entendemos
culturalmente por arte?
¿Jam
disidencia, anti-terrorismo de amor y tacto, revolución de fluidos y tonos,
rebeldía en danza y música, reinauguración constante del mundo como arte y al
revés, anti depresivo estimulante en tabletas rodadas y rodantes, colusión de
cuerpos abiertos al cariño, el peso, el cuidado y la caída, nueva economía
liberal de cuerpos en contacto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario